Bahrein, la última piedra en el camino para Aston Martin y Fernando Alonso

El trazado de Sakhir podría explotar las debilidades técnicas del monoplaza de Fernando Alonso

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El Gran Premio de Bahrein llega en un momento delicado para Aston Martin, que tras las tres primeras carreras del campeonato 2025 se enfrenta a una de sus peores realidades competitivas desde su regreso a la Fórmula 1 como escudería oficial, a pesar de que las previsiones de cara a este 2025 no podían ser más positivas.

Y es que lo que debía ser una temporada de consolidación como “el mejor del resto” se ha convertido, de momento, en una sucesión de decepciones, con un monoplaza lejos de estar a la altura de los objetivos marcados. Fernando Alonso, en declaraciones recientes, no ha escondido su frustración, asegurando que el equipo “no está en condiciones de pelear por los puntos” y que incluso en Baréin podrían ser el noveno coche de la parrilla.

Un GP que podría explotar las debilidades del Aston Martin… y poner en riesgo el futuro

Y la situación no apunta a cambiar en Bahrein. Y es que el trazado de Sakhir presenta un desafío técnico especialmente duro para el AMR25, el coche con el que Aston Martin afronta la temporada 2025. Con numerosas curvas lentas y zonas que castigan severamente el desgaste de los neumáticos traseros, las deficiencias aerodinámicas del monoplaza británico se agravan aún más.

Desde el equipo reconocen que el coche sufre de una alarmante falta de agarre en curvas, algo que en Baréin se convierte en un lastre casi insalvable. Será una de las carreras más complicadas del año”, advirtió Alonso. La dirección técnica admite que el rendimiento en clasificación ha sido flojo, pero es en ritmo de carrera donde se evidencian los verdaderos problemas estructurales del proyecto.

Sin embargo, Alonso no es el único que ha perdido el optimismo con el AMR25, ya que Lance Stroll tampoco ha podido hacerlo. El canadiense, que ha tenido dificultades para clasificar bien y mantenerse competitivo en los domingos, se ha visto envuelto en un entorno cada vez más tenso. Aunque evita las críticas frontales, su lenguaje corporal en el paddock refleja que la frustración está alcanzando niveles críticos.

Una frustración que no se reduce a los pilotos, sino que también alcanza a la cúpula del equipo, donde el propio Lawrence Stroll, propietario de la escudería, empieza a perder la paciencia. Después de años de inversiones millonarias, fichajes estelares como Adrian Newey y Andy Cowell, y la construcción de unas nuevas instalaciones de primer nivel en Silverstone, los resultados siguen sin acompañar.

Imola, el punto de inflexión para Aston Martin

Sin embargo, no todo es negativo. Mirando al futuro más cercano, el equipo ha confirmado que introducirá nuevas piezas aerodinámicas para el GP de Imola, con la esperanza de recuperar al menos una parte del rendimiento perdido. Sin embargo, incluso dentro del equipo, las expectativas no son altas, y ya se habla abiertamente de cambiar el foco de trabajo hacia el proyecto del coche de 2026.

No obstante, mirando más hacia el futuro, es evidente que 2026 marcará un cambio reglamentario importante, y tanto Fernando Alonso como los responsables del equipo reconocen que es la gran oportunidad para revertir la tendencia negativa. Tenemos que centrarnos en construir un coche verdaderamente competitivo para 2026, o nos quedaremos atrás definitivamente”, admiten fuentes internas, plenamente conscientes de la importancia del próximo año para la escudería británica.

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